Correr largas distancias fuera de competición : ¿cómo disfrutar de los beneficios?

¿Vuestro médico os ha recomendado correr? ¿Os gusta correr únicamente de vez en cuando? ¿Queréis participar en el próximo maratón, semi-maratón o trail ? Las salidas de largas distancias os serán de una inestimable ayuda, siempre y cuando sepamos gestionarlas en función de nuestras necesidades y nuestro estado de salud.

 

¿Cuales son las ventajas de las salidas de largas distancias?

Las salidas largas son principalmente recomendadas con vistas a preparar una competición de larga distancia. Pero la práctica del running en distancias más o menos extensas nos ofrece igualmente un número importante de ventajas a aquellos que optamos por el running como una opción para mantenernos en forma dentro de nuestro tiempo libre.

Este tipo de carreras pueden ser al mismo tiempo beneficiosas tanto para los runners experimentados como para los amateur que quieren empezar a cuidar su salud.

Los esfuerzos a los que nos enfrentamos en los largos trayectos mejorar nuestra resistencia física, pero también la de los músculos que más utilizamos durante la prueba. Nos ayudan en la sudoración y la quema de grasas. La distancias recorridas y los buenos tiempos refuerzan también la confianza en nosotros mismos.

Si elegimos correctamente los trayectos, las salidas de larga distancia nos sirven también como una excelente ocasión de tomar el aire y despejar la mente.

Dosificar las salidas de largas distancias

De cualquier modo, a pesar de los beneficios que correr largas distancias nos aporta, no es recomendable hacerlo de forma muy seguida.

Para los corredores expertos, una vez a la semana debería ser suficiente. Y amateurs no deberíamos pasar de 3 salidas largas al mes, dejando entre ellas el tiempo suficiente para reponernos correctamente.

 

Así mismo, tanto los profesionales, como los amateurs o incluso los que estamos en un grupo intermedio, deberemos equiparnos siempre correctamente. Primando siempre la comodidad de las prendas y zapatillas que seleccionemos.

Y entre dos carreras largas, no deberemos descuidar el entrenamiento regular.

 

Priorizar la resistencia antes que la velocidad

Una salida larga debería durar entre 45 minutos y 3 horas máximo (los entrenamientos de 3 horas son recomendables únicamente para corredores profesionales). Deberemos tener en cuenta también que cuando corremos en larga distancia, es inútil hacer sprints.

De hecho, los maratonianos y los adeptos al trail y a las carreras de montaña tienden a:

  • Mantener el mismo ritmo a lo largo del todo el trayecto ;
  • Aumentar la velocidad cuando se encuentran ya cerca de la meta

Es preferible trabajar la resistencia, encontrando el ritmo perfecto o nuestra “velocidad de crucero”.

Para los principiantes, alternar marcha con carrera, puede ayudarnos a llegar a las largas distancias sin llegar a fatigarse en exceso.

Si las salidas se hacen en un contexto de entrenamiento running en vistas a una competición, tendremos que encontrar un ritmo razonable siempre pensando en mejorar nuestros tiempos, siempre sin llegar a forzar. Echar un vistazo y prestar atención a nuestros tiempos podrá ayudarnos a mejorar nuestra resistencia.

Finalmente, para los runners que quereis correr más tiempo en vuestras salidas, añadir un cuarto de hora cada vez será más que suficiente.

¡Vamos a por ello!

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