¡CUIDADO CON EL TALÓN DE AQUILES!

Cuando Homero descubrió en su relato de la Iliada el secreto de la debilidad de Aquiles, reveló uno de los puntos flojos de todo atleta: el talón o tendón de Aquiles. No es nada gratuito este aviso que el poeta dejó a entrever a los deportistas. Este tendón puede ser nuestro punto de debilidad si no le prestamos la debida atención.

Los corredores sabemos que esta región de nuestras piernas es vital para poder realizar nuestra afición. De forma poética el clásico Homero nos cuenta como este superatleta, –el más veloz corredor de Grecia-, solo tenía un  punto débil: su pantorrilla, o lo que nosotros conocemos como el tendón que une el tacón de nuestros pies con los músculos gemelos de nuestras piernas. Y todo porque cuando nació este héroe de la antigüedad, su madre Tetis le bautizó en el fuego del olimpo, que  le hizo inmune a todo mal, excepto en la zona por donde tomó al bebé, cogido por sus manos para el baño ígneo, sus tobillos.

Los clásicos utilizaban el lenguaje poético como recordatorio de los consejos de los sabios. En este caso el de las recomendaciones que los preparadores físicos hacían desde las palestras y los gimnasios a sus pupilos que se preparaban para los juegos deportivos de la antigüedad. Con esta metáfora, cargada de simbolismo, venían a decir: ‘cuidado corredores, vigilad y cuidad vuestro tendón que os hace veloces y resistentes para que no os pase como a Aquiles’.

Queremos recordar esta obviedad, ahora que entramos en el calendario de carreras. Hemos de mimar nuestros tendones de Aquiles. No castigarlos. Evitar, al principio, sesiones duras de entrenamiento. Impedir los sobreesfuerzos, sin un calentamiento previo. Trabajar la elasticidad de esta parte de nuestro cuerpo. Huir de las sobrecargas. No prolongar en exceso los ejercicios, tras un largo periodo de descanso, normal después del periodo vacacional del verano. Etc., etc., etc.

Si notas un ligero dolor encima del talón, después de correr unos pocos kilómetros, aunque sea leve, no sigas. ¡Para!. Este puede ser el inicio de una tendinitis de Aquiles.

¿Qué es una tendinitis de Aquiles? Es un dolor provocado por la sobrecarga repetida o intensa de ese tendón, nexo de unión, de la pierna con el pie. Posiblemente la lesión más molesta entre los corredores. Es la que impide someter a los pies a la fuerte tensión del correr, saltar, frenar, amortiguar…, hacer running.

Sus síntomas son muy claros. Cuando se note una molestia por encima del talón y la parte inferior de la pierna, sobre todo si es después de correr, ¡alto!  Si te cuesta subir una pendiente, (ya que se obliga al tendón de Aquiles a estirarse más de lo normal), subir unas escaleras, si notas una rigidez al tacto en esta parte de la pierna, puede que se tenga un principio de tendinitis en este parte del talón de Aquiles. Hay que evitar que se haga crónica. A veces se la considera como una simple molestia y no se le da la importancia que requiere. Y esto, a la larga, hará añicos a un corredor.

¿Cómo evitarlo? Muy sencillo, lo de siempre: usar el sentido común de todo deportista y corredor. Mantén los músculos de las piernas fuertes y flexibles, con ello se consigue menos tensiones a los tendones. Si hace semanas que no entrenas, vuelve a la normalidad de forma gradual, con sesiones de intensidad suave y de duración corta. Sobre todo con precalentamientos y masajes en esta parte del pie, para conseguir la flexibilidad que siempre necesita este tendón, y evitar el consabido agarrotamiento. Si se percibe algún síntoma de tendinitis en la parte de Aquiles: dejar de correr. Esperar a que se vaya el dolor o ir al médico, si se prolonga más de lo debido.

Un descanso de cinco días, si no es grave, solucionarán estas molestias. Pero cuando vuelvas a correr, hazlo, asegurando una buena sesión de precalentamiento. Como el que hizo la madre de Aquiles cuando puso al bebé, embadurnado con ambrosía, en el fuego sagrado.

Desde CamisetasRunning sabemos que el talón de Aquiles es la llave de tu rendimiento como corredor, y el secreto peor guardado  para mantenerlo bien y en forma.

¡Suerte!